Nouvelles / 3 mars, 2022
Cierra un año marcado por la vuelta a la presencialidad y la reactivación del sector con 265 eventos celebrados en Kursaal y 155 en el Palacio Miramar
Kursaal ha presentado esta mañana en rueda de prensa el balance de actividad de 2021, un año más, marcado por las restricciones socio-sanitarias, pero que ha mostrado una curva ascendente en la recuperación de la actividad. El año comenzó seriamente condicionado por las restricciones de aforo y las limitaciones en la movilidad y en los horarios. No fue hasta octubre cuando se llegó a recuperar una cierta normalidad, por lo que el crecimiento de la actividad se centró principalmente en el último trimestre del año.
El Centro Kursaal ha logrado en el pasado año un volumen de negocio de 2,7 millones de euros, un 69% más que en 2020, pero todavía un 37% inferior al obtenido en 2019, y por tanto se ha visto obligado a contener al máximo el gasto corriente y gracias al esfuerzo compartido por todo el ecosistema de Kursaal, ha logrado reducir en un 55% el déficit de tesorería operativa de 2021 hasta los -283.611 euros. Aun así, dados los excelentes resultados económicos obtenidos en los años prepandemia, no se ha requerido de financiación externa para el gasto corriente por parte de las dos instituciones que conforman la Sociedad Kursaal (Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián y Diputación Foral de Gipuzkoa), ni tan siquiera para financiar las inversiones realizadas durante el ejercicio 2020-2021 que fueron de 738.489 euros.
A pesar de ser un año complicado por las limitaciones mencionadas, en 2021 se han realizado en Kursaal 265 eventos, 130 de ellos en la categoría de reuniones (congresos, convenciones, ferias…) y 135 en espectáculos culturales, con un total de 178.083 asistentes. Bien si estos números están todavía alejados de los resultados obtenidos antes de la irrupción de la Covid-19, han supuesto un 74% más de eventos que en 2020, lo que evidencia una reactivación progresiva de la actividad y la vuelta a la presencialidad en el área de las reuniones. Todo ello ha producido en Gipuzkoa un impacto económico de 18 millones de euros, frente a los 8 millones de euros en 2020, pero aún con margen de crecimiento de la mano de la recuperación de la actividad congresual presencial.