El canadiense Rufus Wainwright es una figura única en la música del siglo XXI. La elaborada y a veces algo barroca hechura de sus creaciones le ha hecho estar siempre a medio camino entre lo culto y lo popular, entre lo complejo y lo fácil, entre lo comercial y lo indie. Su capacidad de conjugar su maestría interpretativa y su talento compositivo lo convierten en un artista completo y versátil que asume sin complejos influencias del folk, del pop de cámara, de los musicales de la edad dorada de Broadway, del american songbook, de la música clásica y hasta de la ópera. Hijo de los cantantes de folk Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle, y hermano de la también cantante Martha Wainwright, Rufus comenzó a tocar el piano a los 6 años e hizo giras con su familia a los 13.

Rodeado de arte y música desde que nació, cantante, pianista, guitarrista y compositor, en su obra se perciben marcadas influencias líricas que van desde la opera hasta la canción francesa, pasando por el music-hall y el folk. Sus canciones hablan de amor, de desamor, de las drogas y del alcohol, de familia…de la vida. En su camino se han cruzado influencias, artistas y leyendas como Judy Garland, Debbie Harry, Elton John, Leonard Cohen, Neil Young, David Byrne o Sheryl Crow, Burt Bacharach, Miley Cyrus, Boy George, Joni Mitchell, Pet Shop Boys, Robbie Williams, Billy Joel, Paul Simon, Sting… Todo esto y mucho más se aúna de manera natural, casi orgánica, en este genio que, en la 59ª edición del Jazzaldia, actuará en solitario y ofrecerá un maravilloso repaso a los éxitos de toda su carrera.